Estimados clientes:
Esta semana he leído en dos medios diferentes (en un artículo de Maruja Torres y en la obra de Ramón Reig “El periodista en la telaraña”) sendas reflexiones sobre el uso actual del término cliente, lo que me ha llevado a rescatar esta antigua entrada que en su momento descarté para el blog, pero que al final parece estar de actualidad, mira por donde. ¡Nos leemos!
Hay ciertos tipos de relaciones personales que, de una manera intuitiva, sabemos que pertenecen a la misma categoría. El mecanismo que las relaciona es el mismo que me hizo llamar inconscientemente “papa” a un profesor en el colegio, dejándome como un gilipollas ante mis compañeros. Pero la categoría de la que quiero hablar ahora no es la autoridad, sino el trabajo.
Pacientes. Alumnos. Público. Clientes. En el mejor de los casos pasamos ocho horas, cinco días a la semana, en nuestros lugares de trabajo, cuando no más. Muchos no pasamos, ni de lejos, tanto tiempo con nuestras familias, amigos y parejas. ¿Y con quien lo pasamos? Nuestros compañeros, nuestros jefes, público, pacientes, alumnos... Clientes. La economía lingüística tiende cada vez más a agregar todas esas palabras tan distintas entre sí alrededor de un mismo término. Como en la profética 1984 de Orwell, hay que deshacerse de las palabras prescindibles (o incluso molestas), de aquellas que pueden ser sustituidas por otras que reflejen mejor la verdadera finalidad de esas relaciones, y de paso hagan lo mismo con otra media docena de términos. Menos palabras. Más eficiencia.
En el mundo sanitario actualmente la tendencia es llamar clientes a los pacientes. Fue lo primero que aprendí al estudiar documentación. Codificar enfermedades y procedimientos médicos vino mucho después y ya se me ha olvidado, pero que un paciente es ante todo un factor económico no lo olvidaré jamás. Liberalizar la educación hace lo mismo con el alumnado. Me pregunto cuando empezaremos a llamar clientes a nuestros amigos, conocidos, familiares, pareja, lectores... ¿Suena descabellado? Tenemos toda una eternidad de nueva economía para comprobarlo. Tiempo al tiempo.
11 commentaires:
23 de noviembre de 2007, 16:53
Yo incluso en el curro cuando hablo con algun cliente intento humanizarle. En el momento en que piensas en alguien en terminos mercantiles, aparece el asco y al menos en mi caso, mi trabajo pierde calidad.
Si es que la filosofia neoliberal no se tiene por ningun lado. Mi empresa, que es capitalista, crea un clima humano con sus empleados que hace que nuestro trabajo sea mas productivo. Es decir, eliminar ese trato utilitarista de la empresa es bueno ya no solo por razones eticas, sino por eficiencia.
Ni que decir la puta agonia que da si esa actitud la extrapolas a tus amigos, pareja...
23 de noviembre de 2007, 19:20
Pues los hay que lo hacen, te lo aseguro. Aprovecha tu ambiente de trabajo, eres un privilegiado. Uno de los blogs que tengo enlazado aquí a la izquierda (por fin es lunes) analiza este tipo de cuestiones desde dentro con una claridad cristalina.
Por cierto, quiero más fotos de suecas meneándose.
24 de noviembre de 2007, 19:43
Ostia, pero ¿donde has estudiado? en algun seminario de la Comunidad de Madrid quizas. La verdad es que tanta privatización nos va a dejar con el culo al aire, pero la gente juega con reglas que luego no les gusta, y cuando vengan años de mala sanidad, educación, marihuana, Iremos a quejarnos y a denunciar al estado por haber jugado con sus normas.
Prefiero romper la baraja de las reglas del capitalismo, aunque suene muy cursi
26 de noviembre de 2007, 17:51
Clientes... Tengo claro a quien no llamaré clientes jamas.
En mi trabajo, en mis funciones, el trato con clientes se desarrolla de dos maneras. Inicialmente, el desarrollo de un nuevo proyecto, y finalmente, el cliente sera el que te denuncia sus quejas...Malo cuando en estos casos llegas a memorizar telefonos de clientes, es siempre un mal presagio.
(No news = Good News)
Dentro de una misma empresa se tiende siempre a que funcione a una relacion entre 'clientes internos', por ejemplo, el departamento informatico tiene como a clientes al resto de departamentos, el departamento de provisiones tiene como cliente al departamento de Produccion, cada uno de ellos con objetivos distintos e incluso contrapuestos... como si de empresas distintas se trataran, afortunadamente te encuentras con gente, con personas, que amén de su profesionalidad saben tratar a sus compañeros de empresa como colaboradores y no como clientes... Yo intento ser una de estas ultimas, colaborar no es renunciar a tus propias responsabilidades...Y eso para muchos directores, responsables o jefes resulta muy dificil: Tienen que salvar su culo... Ellos ya han aceptado 'sus particulares clientes'.
Un beso chaval!
;-)
27 de noviembre de 2007, 2:02
Buenas!
Soy Leti, de clase, la otra delegada jeje. Me gusta mucho como escribes, lo bien que te expresas y el vocabulario en general ... pegas mucho en Periodismo. Ojalá todos escribiesemos también, pero bueno ... cada uno tenemos nuestras cosas.
Y sobre el término cliente ... a mi me preocupa más el significado que le demos cada uno a la palabra y no tanto el término en sí ... no me importaría que mis amigos me denominasen cliente ... pero si me empiezan a tratar como tal, creo que mi crispación sería grande.
Bueno, nos vemos por clase y por estos cibermundos!
Besos!
27 de noviembre de 2007, 17:03
Quítale la parte de contraprestación económica y sigues teniendo un cliente de tomo y lomo
Por ejemplo, alguien que te "compre" el sentirse bien contigo
Y al cliente en todo caso se le trata con cortesía (nunca a porrazos), eso ya es una ventaja ¿no?
27 de noviembre de 2007, 19:30
Txutxi, hice un módulo en un centro religioso (era el único que impartía documentación sanitaria). Ahí es na. Y yo también estoy por la ruptura (de baraja). Eutanasia al estado.
Luna, muchacha, estaba harto de ir a tu blog desde los comentarios, así que te he enlazado en el blogroll. Bienvenida! El tema de la descentralización de estructuras empresariales es lo que nos ha llevado a las subcontratas y a los falsos autónomos. Que se lo digan a mi compañera de piso, que puta vergüenza.
Un saludo Leti! Si, en efecto gente: soy delegado de clase (maldición, no quería que se filtrase!)
Reikiaduo, eso en otros tiempor se habría llamado PROSTITUCIÓN. Y lo de que el cliente siempre tiene la razón... mira a los de Telefónica! Como nos recuerda Miguel Chinotopía (enlazado aquí a la izquierda), allí donde tenemos razón no pueden crecer flores.
Mucho amor y frotamientos para todos (cada uno con quién pueda!)
27 de noviembre de 2007, 23:19
Querer es poder así que puedo. (frotarme con un cliente)...Si no hay dinero por el medio, está claro, no es un cliente si no un vasallo.
Bienvenido al mundo teórico del periodismo!
28 de noviembre de 2007, 1:08
Lo peor de las subcontratas y demas inventos no es que beneficien al Capital sin moral, es que incluso es una tactica con la cual algunos lameculos consiguen medallas...
(Gracias por el link, yo te tenia hace tiempo en mi carpeta de favoritos, esa que llamo 'donde comento' :-P ... eso si los links de mi blog voy poco ampliandolosssss)
Besosssss
(lo del nombre de tu nick? suena a orgia y aquelarre en Castilla...no?)
:D
28 de noviembre de 2007, 1:39
Son ganas de darle vueltas a las cosas compadre...
Cliente: que compra, al que le comes el culo si hace falta.. ¿Qué más da? Si son enfermos como si son ministros.
¿Deshumanizado? Sí, hace ya mucho
Salud.
28 de noviembre de 2007, 20:17
Saludos Claudia y Óscar (compadre!)
Vasallos, compradores... se van añadiendo términos. Almu me recordó el otro día que también se estila mucho lo de "usuario" de cualquier cosa. Nos leemos!
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