- Que dependientes y camareros te tratan bien en tiendas y restaurantes.
- Que en el ascensor las madres les dicen a sus niños pequeños “Hijo, deja pasar a este señor”.
- Que en el hospital te atienden enfermeras más jóvenes que tú. A veces, en urgencias, hasta los médicos.
- Que el objetivo de tu peluquera no sea “remarcar” sino “disimular”.
- Que te cobren la tarjeta y las comisiones en el banco.
- Que declinas las invitaciones a tomarte la última.
- Que te apetece salir a dar paseos con tu (chica) mujer.
- Que te parece que los chavales en el autobús son escandalosamente ruidosos.
- Que hay chavales, y no son tú.
- Que te sorprendes pensando, avergonzado, “pero si es una cría” ante una tipa que, objetivamente, está muy buena.
- Que ya no concibes no viajar en preferente o no alojarte en un hotel.
- Que tienes resacas. Resacas de verdad.
- Que tu jefe tiene tu edad. O menos.
- Que te interesan cosas tan extrañas como la historia de tu ciudad o la actualidad económica.
- Que te da pereza salir de casa los fines de semana.
- Que a tu madre ya no le disgusta cómo vistes.
- Que en vez de denegarte las ayudas estatales simplemente no puedes optar a ellas.
- Que haces ejercicio, comes menos y bebes mucho agua.
- Que modelos y actores/actrices guapos ya no son más viejos que tú.
- Que los desconocidos te tratan de usted.
- Que cuando lees una historia o ves una película sobre una pareja con una gran diferencia de edad te identificas con el mayor.
- Que te levantas a comprar el periódico los domingos por la mañana.
- Que tienes corbatas. Y no por obligación, sino porque te gustan.
- Que te piden consejo.
Que haces listas de situaciones en las que te percatas de que te haces mayor.