¿Quién no tiene hoy en día un amigo que trabaje de cooperante en Centroamérica? ¿De profesor de español en China? ¿De personal de investigación en el departamento de lengua española en la universidad de Nueva York? ¿De taxidermista, viajando por todo el mundo desollando elefantes y jaguares? Todos estos ejemplos que pongo son reales, gente a la que conozco en primera persona, amigos (salvo el taxidermista, que sólo es conocido). Esta claro que el mundo se nos está quedando pequeño. Cuando te encuentras a alguien de tu barrio en el aeropuerto de Berlín que ha ido allí a hacerse un tatuaje, el hombre o mujer del s.XIX que llevamos dentro se sobresalta un poco, asustado de cómo se han puesto las cosas en lo que a viajar y emigrar se refiere. La joya de la corona de mis ejemplos son unos amigos de Peter, que se han cogido un año sabático para recorrer Mongolia a caballo. Toma mascletá. Joder, yo sin ir más lejos, si todo sale bien, algún día volaré a Los Angeles con los Arizona Baby para hacerles un reportaje fotográfico de su gira por el suroeste de los U. S. A. Furgoneta, desierto y Rock&Roll. Así se forjan las leyendas.
Me consta que todos los ejemplos anteriores son un dechado de coherencia y cojones. Queda muy bonito contar la anécdota, pero también las han pasado putas, como todo inmigrante. Sin embargo hay que andarse con ojo. Esto es lo que escuché el otro día en la cola del pescado, de boca de una señora de mediana edad:
-Uy, pues sí hija, mi Paco y yo no sabíamos si aprovechar las vacaciones para ir a Calcuta o a Nueva York, y al final nos fuimos a ver a la niña a Jerusalén. Ya sabes que a ella le gusta eso del buceo a más de 50m, así que nos llevó a un sitio precioso en el Mar Rojo, y mira, pues me animé y me apunté yo también. Además, como el monte Sinaí pilla al lado luego nos dimos una vuelta...
La democratización del lujo está convirtiendo las grandes gestas de la antigüedad en turismo. El viaje ha perdido todo su sentido como experiencia vital del cambio, y ha pasado a convertirse en un producto más con el que posicionarse socialmente. Ya no hay colonos o exploradores. Allí donde Conrad se encontró con Kurtz ahora hay agencias de viajes. Y quizá sea ese el verdadero corazón de las tinieblas. Me imagino que Stanley y Livingstone estarán revolviéndose en sus tumbas.