una vida trineo
Desde que volví a España estoy enfrascado en una casi enfermiza búsqueda de la intensidad en todos sus aspectos. Y me he dado cuenta de que la vida es como una sucesión de descensos en trineo. Estás ahí, en lo alto de una loma nevada, a punto de tirarte a tumba abierta. Y la sensación durante el descenso es acojonante. Pero aún mejor es el segundo justo antes de lanzarte cuesta abajo. Ese instante en el que todo es pura potencia, sin que el movimiento se haya consumado como acto. Si he de quedarme con un momento de la vida, me quedo con ese estar en lo más alto, balanceándote sobre el vacío. Porque después del descenso, cuando has llegado abajo, lo que te espera es la decepción de que el impulso se ha acabado. Y peor aún, que si quieres volver a experimentar esas sensaciones, te espera una penosa caminata cuesta arriba con el trineo a cuestas. Yo ya me he tirado un par de veces, y he tenido que ascender otras tantas. No sé cuántas fuerzas me quedan para volver a subir la pendiente. Y por si acaso esta fuera la última, quiero disfrutar de este momento, en lo más alto, a punto de volver a lanzarme. Porque no durará. Por favor, ayudadme a vivirlo lo más intensamente posible. Conozcámonos. Dejemos que el vértigo nos invada. Demos abrazos gratis. Montemos bandas de rock increíbles. Publiquemos cosas inéditas. Viajemos hacia el oeste para que la noche no nos alcance nunca. Follemos como si estuviéramos arrancando la vida de las fauces de la muerte.
Hagámoslo, joder.
13 commentaires:
7 de febrero de 2008, 20:36
Como habéis podido imaginar, este texto está escrito en diez minutos y el autor estaba completamente bolinga.
8 de febrero de 2008, 0:42
La verdadera intensidad no deja espacio para la consciencia!
8 de febrero de 2008, 2:05
Ahuevos!! Pues yo le voy a escribir este comentario con varios Pisco Sour en el cuerpo.
Intensidad si, pero sin montañas rusas. Se puede vivir intensamente fuera de la dialectica subidon-bajon que heredamos de los romanticos.
Intensidad meditativa!!
8 de febrero de 2008, 10:20
Y si hace falta mantener la concepción de montaña rusa, porque no disfrutar de la subida al igual que de este momento en la cima justo antes de tirarse.
Alguien decía que la felicidad se encuentra en la antesala de la felicidad...
UN ABRAZO!
8 de febrero de 2008, 13:43
La primera frase y la ultima son... para tatuarl... para enmarcarlas!!
:-D
9 de febrero de 2008, 20:51
la condena de sísifo... bueno, lo sísifo era al revés.
a mi el momento más guay me parece el de abrir la litrona. y escribir bolinga, claro.
después la resaca.
saludos
pd: ya había seguido tu serie de las ostras y la mortadela, continúa!
9 de febrero de 2008, 21:57
Eso es lo que en realidad me gusta de todo esto, que no hay espacio para la consciencia. A Portrait empiezo a pillarle el punto: es un puto jedi!
Enthusiastic, siento el plantón del viernes, pero estábamos enfrascadísimos y me resultó imposible despedirme de los otros.
Un beso luna! Y hablando de ostras o mortadela, ahí tenéis el siguiente post...
9 de febrero de 2008, 21:59
Yo por eso me inscribo en el movimiento situacionista. Dejo los trineos y las cuestas para los otros. Yo, me quedo en stand by viendo pasar la vida y entrando en ella cuando me place.
Comentario escrito completamente resacosa, después de acudir a un casting de no sabe para qué y habiéndolo pasado sin saber cómo.
Abrazo compañero.
9 de febrero de 2008, 22:18
Ah, los castings! Me acabas de dar una idea para un post de "yo fui un orquestero (de mierda)": voy a contar los dos castings de OT a los que acompañé a mi ex de la orquesta.
Un abrazo muchacha!
9 de febrero de 2008, 22:20
Si, si. Escribe post de casting...Y otro de Los hermanos Coen.
Claudia
11 de febrero de 2008, 10:24
A ver que escribes de los hermanos Coen
12 de febrero de 2008, 19:23
Podríamos intentar hacer de la vida un descenso perpetuo o seguir ascendiendo, pero eso no hay mente que lo aguante. El equilibrio está en ambos: abrir y cerrar etapas; y creo que somos nosotros mismos quienes buscamos el subidón y el bajón. Simplemente lo necesitamos para seguir vivos y cuerdos.
Salud cordero!
Hagámoslo!
12 de febrero de 2008, 21:54
Que razón tienes, copón. Y tú que tal en tu recién estrenada etapa madrileña?
Un beso guapa!
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