31/1/10

amaxofobia

a.
Está sobradamente documentado que mientras conducimos concebimos nuestro cuerpo y el vehículo como un todo. Por eso, por ejemplo, cuando tenemos un golpe decimos “me han dado” y no “le han dado a mi coche”. Nuestra conciencia se expande y asumimos al vehículo como una proyección de nuestro ser. Por eso conducir mientras tienes una crisis de ansiedad ofrece una gran ventaja: En vez de estar exasperadamente atrapado en tu cuerpo estás atrapado en el habitáculo. Y eso es un espacio mucho más grande. La prioridad no eres tú, sino el vehículo en su conjunto. El peligro está en el resto de la circulación, no en el interior, y por lo tanto es un miedo mucho más racional. En vez de preocuparnos por una muerte súbita e inevitable pasamos a preocuparnos por un hipotético accidente, lo que en realidad es una parte inherente de la conducción y un temor necesario, porque el conductor que no albergue ni un mínimo rastro de él es un mal conductor: Es un temerario. Lamentablemente los ansiosos somos aún más peligrosos para nosotros mismos y para los demás por todo lo contrario: Somos temerosos. Nuestra conducta errática y nuestros sentidos hipersaturados durante el acceso nos impiden reaccionar naturalmente y anulan los automatismos adquiridos, necesarios para circular. Nos convertimos súbitamente en alumnos de autoescuela en su primer día y sin profesor.

b.
Mejorar la forma física no evita necesariamente las crisis de ansiedad, pero permite gestionarlas mejor. Si estamos acostumbrados a hacer ejercicio la taquicardia durante el acceso de angustia nos recordará a la natural y necesaria durante el esfuerzo físico, y nos permitirá preservar una parcela de lucidez mental en el agitado caos de nuestro interior. Estando en buena forma somos capaces de abstraernos y ver la situación desde fuera, situarnos como espectadores de nuestra propia crisis, lo cual ayudará a percatarnos de lo absurdo de la situación y restablecer los valores de cordura normales.

a+b= Experiencia reveladora. Jodida de cojones. Pero reveladora.

9 commentaires:

Los atascos no ayudan

creo que llevamos vidas paralelas...

Las experiencias reveladores son cierta medida traumáticas por chocar a priori con nuestras convicciones.

Con el tiempo uno las ve como pasos necesarios de la vida... y puestos a pasar por ellos, cuanto antes mejor.

Mucho animo Alex!

El ejercicio físico es el must que todo ansioso ha de trabajar.

Gracias a nuestro horrendo sistema nervioso terminaremos teniendo unos cuerpos esculturales, oiga!

...mmm....
la próxima vez que nos veamos, le tengo que decir a usted una cosa, nos reiremos un rato...por lo menos yo, y decidimos quien paga la cerveza, creo que seré yo tambien.
un saludo.
m

Yo pasé, hace años, por la misma experiencia espantosa, y acabó convirtiéndose también en una revelación.
Me alegro de que te lo tomes positivamente. ¡Es la única manera!

Me encanta cuando me llega una ansiedad al servicio.
La psicoterapia, el vaaaamos a ver, el valium sublingual y las bolsas, ayudan. Pero un buen golpe en el pecho a mano abierta...

Te lo tiene que hacer otro, eh? no empieces a zurrarte a lo tonto que no sirve.

¿Que te lo curen a hostias? ¡Es perfecto!

Me encanto! es divertidamente cierto, no podria estar mejor escrito...