24/2/07

Buscando curro y piso (I)

Bueno, bienvenidos a la nueva localización del blog. A los nuevos os diré que si os fijáis aquí a la izquierda podeis observar que hay veintitantas entradas sólo en el mes de febrero. No soy tan prolífico, esas son las entradas de mi antiguo blog trasladadas a este. Las razones del cambio las expongo aquí. A los de siempre, pues eso, más de lo mismo. He añadido un enlace al myspace del grupo de unos amigos cojonudo, Arizona Baby, y alguna novedad más que no recuerdo.

Y para empezar, primera parte del relato de mi búsqueda de piso y empleo. Casi nada.
¡Vaya papeleta! En una ciudad como esta es un poco como mezclar a Kafka con Paco Martínez Soria. Intentando agotar todos los recursos posibles, he caído en manos de la Santa Cofradía de los Hijos de Puta, las ETT’s. A saber:

  1. Ranstad (Work Solutions): Fue la primera a la que acudí, por recomendación. Trato bastante personal y agradable, me sentí una persona digna y capacitada para buscar un trabajo legítimo. Una mujer agradable de mediana edad me invita a sentarme en una silla frente a su escritorio, me pide el currículum, hace unas anotaciones detrás y señala con rotulador fosforescente lo de bilingüe francés. Correcto y profesional.
  2. Sêlect: Valiente panda de zorras. Me recibe una chica joven (puede que más que yo) rubia y atractiva con sonrisa corporativa a modo de uniforme. Le digo que vengo a inscribirme como demandante. Tengo que rellenar un formulario y entregar una fotocopia del DNI y del nº de la Seguridad Social que he de procurarme yo mismo, ni siquiera cabe la opción de hacerla allí. Se la entrego y mientras intento sentarme en una de las dos sillas colocadas frente a su escritorio, su sonrisa desaparece.
    - ¡No, no, ahí! –Me señala una mesa al fondo del local donde otros descastados como yo rellenan solicitudes. Me permito el lujo de ser impertinente y en la tercera opción de “puesto a desempeñar” escribo “redactor/corrector”, a sabiendas de que jamás me llamarán para eso. Relleno el resto (¿Vehículo propio? ¿Disponibilidad geográfica y de horario?) y se lo entrego.
    - Bueno, con estos datos ya le llamaremos –me dice sin sonrisa corporativa y sin mirarme siquiera a los ojos. Empiezo a sentirme como una mierda.
  3. Manpower: Cinco mesas vacías. Viene una mujer corriendo, un poco empanada, recoge mi currículum y mi fotocopia (DNI, S. S.), les pone un sello.
    - Vale, ya está, muchas gracias. –Y vuelve a meterse por un agujero en la pared. Calculo que he pasado allí unos cuarenta segundos. No me da tiempo ni a pensar en sentarme, aunque es casi mejor así.
  4. Laborman: Otra con nombre de superhéroe. Oficina tocha de cojones. La mujer que me atiende parece simpática, me alarga el formulario más largo del día, donde me piden hasta los números de teléfono de mis antiguos jefes y el nombre de sus empresas. Se lo doy con mucho gusto (que se jodan si les llaman. Yo a ellos les caigo muy bien. Ellos a mi me parecen unos putos chorizos.)
Ahora pasamos a los pisos. Mis compañeros llaman al número de contacto de una oferta publicada en el periódico: Alq. piso amueblado, calefacción, 400€. c. i. particulares.
Cuando llegan comprueban que es una agencia (malditos hijos de puta), pero se quedan para ver de qué va la zorra que les atiende.
- ¡No, no somos ninguna agencia! Además, en el anuncio lo pone bien claro, centro de información. Nosotros, a diferencia de una agencia, no gestionamos nada, solo os ponemos en contacto con los propietarios. A partir de ahí es cosa vuestra ¿Como decíais que os llamabais?
- Entonces, ¿para qué son los 210€ que nos pedís?
- Para mantener el local y nuestros sueldos. ¿Vuestros nombres?
Así que, básicamente, lo que hace esta hija de la gran puta es secuestrar las ofertas de alquileres y pedir por ellas un rescate de 210€. Para los propietarios el servicio es gratuito. Los siguientes anuncios que seleccionamos en el periódico corresponden al mismo centro de información (que no agencia. Huele a problemas de licencia). ¡Que puntería! ¡En alguno incluso pone “¡agencias no!”! Víctimas de su propia trampa. Así os colapsen las líneas los de Remax.

A día de hoy, tres semanas más tarde, seguimos sin piso, ninguna de las ETT's se ha dignado a llamarme y yo ya he hecho unos extras de cocinero en el bar de un amigo y trabajo los sábados en la pizzería de otros amigos (hay fotos). También he sufrido una entrevista (bastante fructuosa por lo que parece) en una multinacional. Si mi padre me ve trabajando en una tienda de bricolage con lo manazas que dice que soy se escojona. Os seguiré contando estas y otras historias en el país con la octava economía más desarrollada del mundo. ¡Y todavía me queda por narrar mi aventura en las instituciones públicas!

9 commentaires:

Coño, pues a ver si encuentras un trabajo a tu medida, y de paso, piso. El otro día en Ciudad Universitaria un grupo de peña se montó su propio residencial con tiendas de campaña...

¡Saludos!

Mi hijo pasó el mismo calvario hasta que emigró a Inglaterra. Ahora está en Varsovia, haciendo algo que ni le pagan, ni le dejan de pagar, pero ya tiene el Proficiency ese y ahora quiere aprender polaco, no te digo. Cuando vuelva, con ochenta y tantos años, a lo mejor han cambiado las cosas, yo me habré muerto, por lo que tendrá piso, y no necesitará curro: directamente a mendigar.
Qué vida.

Ánimo Bohemio... Por lo menos, recuerda a Eddi Vansi: "Fracasar no es fácil", y coño, ya que lo hacemos a diario, que sea con dignidad...

Si las cosas se ponen feas, siempre puedes venirte a Granada, que aquí nunca faltará un plato de lentejas para alguien que admira a Boris Vian.

Besos y suerte.

Ya estamos aquí! Te felicito por el cambio, mucho más funcional. Por mi parte actualizo links.

Respecto a lo del trabajo.. macho estaba convencido de que eras médico! No sé de donde lo habré sacado.

Saludos y ánimo con la búsqueda!

Es un placer saber de ti tan detalladamente, y ahora ya somos vecinos de blog, será un placer verte comentar con tu logo al lado y yo dejar aquí a mi escaladora...

Jo, enhorabuena por el cambio y por la nutrida experiencia que estás adquiriendo en el arte de la nada. Hay que mirarlo así, no? el lado bueno de cada cosa, no deseperar, eso es lo importante, pero, sobre todo, no resignarse (ya sé que tú no lo haces) y saber alejarse de la mierda en el momento adecuado. Estoy preparando algo para enviarte, nuevas rutas por esta ciudad de las delicias...
Besos y...aún te estoy esperando.

¡Gracias por vuestros nutridos comentarios! Nada mal para el estrene. Ahora por partes:

Lucinda: eso de la ciudad universitaria me trae recuerdos de la acampada del 0'7% (¡que tiempos, 16 añitos!). No se si tú lo recordarás.

Eulalia: la mayoría de mis compañeros de facultad también han emigrado y están algo mejor que yo, pero les ha costado algún que otro máster vivir como estudiantes. Ya te digo, que vida.

Malditos tacones: en realidad Granada fue un sueño de adolescencia, por lo que me han contado es un poco la aldea de los irreductibles galos, el último reducto de la vida digna.

Amigo Valcárcel: ¡ojalá fuera médico! Documentalista Sanitario; tenemos formación médica (y es una cosa que he descubierto hace poco y me tiene flipado), pero también hay mucho médico sin piso en la hostelería, por increíble que parezca. Los documentalistas aún no "existimos" en la S.S. Y así me va.

Lynn: ¡un placer leerte y verte escalar por aquí (que ya sé que la de la foto no eres tú y seguro que tienes fotos mejores)!

Chagüen: que te voy a contar que no sepas ya. Si no es por la Jal y el Mario aún estaría esperando el milagro (que en realidad empezó como castigo divino) del trabajo. Pero cuando sea un barón del neoliberalismo pienso petarles el buyuyu a todos esos cabrones desde dentro, en plan topo ¡jajajajajaajajajaja!

No sé por qué hoy la página te ha enviado al antispam y yo no tengo tiempo para nada... regresaré, te rescataré, ya he estado un rato por aquí sonriendo con lo de tu amiga Noelia y las cañas... borra esto si quieres. No va con el post.

besos

¿Cómo voy a borrarlo? El espíritu de quien pronunciaba esa frase con la que acabo a veces (buenas noches y buena suerte), Edward R. Murrow, me impide borrar ningún comentario.
¡Saludos, Cass!