20/2/07

Leed Comics


Ya sé que los frikis del 9º arte solemos ser unos integristas con este tema, pero creo que es el momento de abrir (de verdad) los medios a esta manifestación artística. Y como el único medio al que tengo acceso es este, pues allá voy.
Se ha escrito mucho sobre cómics. Muchos estudios son un repaso por su recorrido histórico y su relación con la cultura y la sociedad en las que se dan. Creo que la mejor manera de entender el cómic es leer a la gente que aparte de estudiarlos los vive y los crea. No quiero hacer de menos a los especialistas en teoría de la comunicación, catedráticos, periodistas, etc. Pero después de haber leído las obras de unos cuantos, las que de verdad me han abierto los ojos a una visión definitiva y en profundidad de este arte son “Comics y arte secuencial” de Will Eisner (sí, el de Spirit), donde el maestro recopila sus clases en la School Of Visual Arts de Nueva York, y “Making Comics” de Scott McCloud, también autor y dibujante (traducido en España bajo el título “Como se hace un cómic, el arte invisible” por Ediciones B). Este último no es un texto en realidad. ¡Es un cómic en sí mismo! Absolutamente inteligente, este enfoque nos permite explorar los recursos, el funcionamiento y la necesidad del cómic desde un ejercicio práctico y entretenido. Esta obra se publicó a principios de los noventa y es imprescindible para todo aficionado que se interese por los aspectos teóricos de su afición. Marcó un antes y un después, y es en buena medida responsable de que se empiece a considerar de manera general al cómic como expresión artística legítima. Alabada por casi todos los grandes de nuestra época (Alan Moore, Frank Miller, Neil Gaiman, Art Spiegelman...) dentro de unos años se convertirá seguramente en una Bíblia del 9º arte. Yo sabía que el cómic me aportaba algo que no me daba ningún otro producto cultural, y gracias a esta obra ya sé lo que es. (Por cierto, lo leí pero no lo tengo, por si alguien en algún momento no sabe qué regalarme, ejem, ejem...) McCloud publicó en 2000 una segunda parte, “Reinventing Comics” (traducido por Norma como “La revolución de los comics”) donde trata temas más relacionados con la industria y la e/revolución (lo estoy leyendo en este momento, ya os contaré). Tiene página web, http://www.scottmccloud.com/ en la que, entre otras cosas, tiene un apartado de links con una selección de los cómics que encuentra publicados (y no sólo vendidos) en internet, la mayor parte de las veces nuevos autores americanos inéditos en España, y por si no ha quedado claro, me fío bastante de su criterio. Ahora mismo está de gira por los E.E.U.U. presentando una reedición del primer libro, y escribe un blog con las incidencias de su tournée de promoción. A partir de ahora incluiré un link a su página, porque el tío se lo merece casi tanto como los que ya he incluido.

Tengo la impresión de que en la actualidad el cómic está traspasando esa fina barrera que separa la adolescencia de la edad adulta. La infancia de los funnies y las “strip comic” (las viejas pero aún vigentes tiras diarias en prensa) dejó paso a la energía adolescente de los superhéroes, que nos han proporcionado genios como Jack Kirby y al mismo tiempo han hecho tanto daño al cómic en sí mismo, sobreexplotando el género hasta el punto de que aún es difícil para el gran público disociar entre cómic y superhéroes (esto puede ser tema para otra entrada). Sin embargo ya llevan tiempo viéndose en este medio momentos de auténtica “vida”, sin excusas, y un discurso más profundo, técnicas exclusivas, una personalidad mucho más definida, sabiduría y sensibilidad. Y una historia propia del medio. Recuerdos. Algunos comics empiezan a ganar premios literarios y periodísticos cuando no son estrictamente ni literatura ni periodismo, como tampoco son pintura o cine aunque tengan técnicas comunes con éstas. Gente con mucho talento está empezando a plantearse este medio como posibilidad para expresar inquietudes maduras, y muchas editoriales se están dando cuenta y comienzan a explotarlo. Gracias a todos ellos he entendido que el cómic ha cambiado, que desde hace muchos años se ha estado gestando algo que está a punto de explotar, algo que cambiará nuestro concepto del arte para siempre. A pesar de que desde mediados de los noventa las ventas han caído en picado y la industria del cómic, salvo quizá en Francia y Bélgica, pasa en la actualidad su peor trance (también en muchos otros aspectos, no sólo el económico), en lo creativo nos encontramos al borde de un momento histórico y me encanta estar aquí para vivirlo. Amigos y amigas, al cómic le ha salido barba, y cuando tenga hijos hay que recibirles con los brazos abiertos. En próximas entradas os recomendaré algunas obras incluyendo una breve reseña con la esperanza de picaros e intentar introduciros en este universo. Vale la pena, os lo aseguro.



Quiero dedicar esta sección a mi padre, que se aburría un montón después del trabajo cuando estuvo destinado en otra ciudad (que ahora es la mía) sin su mujer e hijos. Le dio por dedicar su tiempo libre a retomar una afición que a él le llegó en los sesenta con la Patrulla X en b/n de Lee y Kirby y buscó una nueva colección que seguir más de veinte años después. Cuando en su primer fin de semana volvió a casa y me trajo aquel primer número del Dreadstar de Jim Starlin no sabía lo que estaba haciendo de mí, el insensato.
Muchísimas gracias, padre.

5 commentaires:

Ay! los comics!
tú se lo agradeces a tu padre... pero en esto de los comics tu has sido un poco mi papi... Yo no había leído mucho, y sobre todo comics infantiles, superlopez, asterix, y esas cosas.
Pero el día que me dijeste "anda mirá esto es promethea"
puf!!! la que líaste!!!
(por cierto, al fin lo he conseguido leer todo! ya sé el final!)
aunque con el de superheroes sigo sin poder, flipo con Moore y con Gaiman, y con Jodorowski y con Miller y con Tezuka y con Sakai y con aquellas "Locas" que compartieron el piso de Gongora...

¿¿Donde has leído el final de promethea?? ¡No me cuentes nada!

Yo soy una adoradora de los libros, y mi novio un empedernido de los cómics: Breccia, Mattoti, Palacios, Toppi, un sinfín.

Así que he aprendido mucho de él, tanto que a veces le digo que me encantaría ser guionista de cómics pues he visto que muchos son pura poesía escritos por gente super inteligente e imaginativa.

Saludos

¡Lynn, tu novio es un hombre sabio! Los autores hispanoparlantes no son santos de mi devoción, pero he de reconocer que los hay muy buenos (Altuna me traía loco cuando era un adolescente por otras razones). Breccia concretamente es ya un clásico. A mí me tira mucho el cómic francobelga de los 60 a los 80, el "independiente" americano y sobre todo los ingleses, de cualquier época. Estoy empezando a descubrir un poco el manga ahora, pero esos parten de otras premisas y hay que darles de comer aparte. ¡Nos leemos!

Está por escribir la historia de los lectores de comics. Y la de los espectadores de cine, etcétera, etcétera.
(Es que yo ni escribo, ni hago música, ni nadená, pero me apunto a todo)