¿Tú te esnifas? nº 13
Focos que se encienden y... El personaje aparece en escena de repente. Y hay público en la sala. Decir que aparece es mucho decir, en realidad llega allí de la mano de un empujón. Andy Warhol y sus puñeteros quince minutos, los unos junto a los otros, ocupando dieciséis asientos consecutivos, están esperando impacientes. Puñeteros es un juicio de valor (juicio de valor nº1). Los juicios de valor se reparten en asientos dispersos por la sala.
Silencio. Más silencio. No es un silencio muy largo, es más bien profundo, pero no hay forma de darle forma a la profundidad con esta linealidad. Al no ser muy largo, el silencio se rompe.
El espectáculo da comienzo. Se trata de un personaje empujado a un escenario, que no sabe nada de sí mismo. No sabe quién es ni cómo se llama. No sabe cuántos pelos tiene, cómo se llamaba el médico que asistió en su parto, qué comió el cuatro de agosto. No sabe de quién se enamorará, cuánto le queda de vida, cuál será la causa de su muerte. No sabe qué cojones hace allí. Cojones señala con el dedo a otro juicio de valor, que no es el juicio de valor nº2. No, este otro se llama Valiente Hijo de Puta. ¿Dónde esta el nº2? Acaba de salir por la puerta, indignado por tan lamentable espectáculo. Indignado es su nombre de pila. Lamentable es el juicio de valor nº 3 y se sentaba a su lado. Hasta ahora.
Recuento: tenemos a Andy Warhol y sus quince enanitos, un tío raro que saca cosas de una orza, cinco juicios de valor (dos de ellos ausentes), tú, el personaje que no sabe nada de sí mismo pero lo sabe todo del resto del universo, yo, y una idea que acaba de llegar estruendosamente, abriendo las puertas y las ventanas, tirando abajo los muros, el techo, y este relato, formulando a gritos una pregunta:
¿Qué crees que saca de la orza el tío raro? ¡Ya! ¡Sin pensar! ¡Contesta!
Silencio. Más silencio. No es un silencio muy largo, es más bien profundo, pero no hay forma de darle forma a la profundidad con esta linealidad. Al no ser muy largo, el silencio se rompe.
El espectáculo da comienzo. Se trata de un personaje empujado a un escenario, que no sabe nada de sí mismo. No sabe quién es ni cómo se llama. No sabe cuántos pelos tiene, cómo se llamaba el médico que asistió en su parto, qué comió el cuatro de agosto. No sabe de quién se enamorará, cuánto le queda de vida, cuál será la causa de su muerte. No sabe qué cojones hace allí. Cojones señala con el dedo a otro juicio de valor, que no es el juicio de valor nº2. No, este otro se llama Valiente Hijo de Puta. ¿Dónde esta el nº2? Acaba de salir por la puerta, indignado por tan lamentable espectáculo. Indignado es su nombre de pila. Lamentable es el juicio de valor nº 3 y se sentaba a su lado. Hasta ahora.
Recuento: tenemos a Andy Warhol y sus quince enanitos, un tío raro que saca cosas de una orza, cinco juicios de valor (dos de ellos ausentes), tú, el personaje que no sabe nada de sí mismo pero lo sabe todo del resto del universo, yo, y una idea que acaba de llegar estruendosamente, abriendo las puertas y las ventanas, tirando abajo los muros, el techo, y este relato, formulando a gritos una pregunta:
¿Qué crees que saca de la orza el tío raro? ¡Ya! ¡Sin pensar! ¡Contesta!
6 commentaires:
23 de febrero de 2007, 17:30
Sé que no es de los mejores tútesnifas, pero es nuevo. Apenas tiene unas horas de vida. ¡Sed indulgentes, tratadlo bien!
(¿Ese "sé" lleva tilde?)
23 de febrero de 2007, 17:30
Tengo otra pregunta para vosotros:
¿Cual es el quinto juicio de valor?
23 de febrero de 2007, 17:31
De la orza saca un pan con chorizo de la mano de Madame Bovary, que era un pelín bobita a la hora de comer, pero de la cual se saben otras historias más intersantes que la del chico que era un médico rural. Por ejemplo, que el juicio de valor n°5 era un tipo rudo y de aspecto desaliñado que luchaba por sus derechos de pernada, que no eran otra cosa que tirarse al resto de los juicios y juicias, porque dicen que tirar por tierra a uno de estos es el mayor ejercicio de democracia. Y debemos recordar que n°5 había ido a aquella sala a poner orden, aunque para ello tuviera que dar un concierto, porque DeValor se llamaba y, ¡joder!, hay que tener tal nombre para entrar en un tugurio así y en quince minutos de fama, pan con chorizo en mano, descuartizar el demos y comerse la cracia.
Lo siento, por esta cosa, así...Me ha gustado mucho tu ¿Tú te esnifas?.
23 de febrero de 2007, 17:31
Ostia tú, que recuerdos me trae esto..
23 de febrero de 2007, 17:32
Cuáles? De hace siglos?
23 de febrero de 2007, 17:33
Es obvio.. saca un diccionarío.
(¿Ese "sé" lleva tilde?) Eso me lo pregunto yo tooodos los días..
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