La importancia de llamarse Rosencrantz y Guildenstern
Dados los acontecimientos de los últimos meses (o la falta de ellos), en este país ya no se me ha perdido nada, y como era una cuestión de tiempo, he decidido no posponerlo más: emigro a Francia. El 25 de Abril estaré volando con un billete sólo de ida. Un cambio que llevo también al blog, que a partir de ahora será uno de mis pocos contactos con la lengua española. En la próxima entrada este blog cambiará de nombre.
¿Porqué “Rosencrantz y Guildenstern están de Parranda”? Siempre me llamaron la atención los personajes secundarios. La carne de cañón de las historias. Los figurantes. Los perdedores que sólo pasaban por allí. Estos seres, además, tienen la tendencia de agruparse de dos en dos, como si el peso de uno sólo fuese insuficiente para que nos fijemos en ellos. Shakespeare es un buen ejemplo de lo que intento transmitir: En sus obras muere hasta el apuntador. Cuantos más mejor. Y si hace falta crear personajes cuya función es morir, pues hagámoslo. En Hamlet, Rosencrantz y Guildenstern son dos de esos personajes, tan poco definidos que no sabemos quién es uno y quién el otro, y su función es aumentar el número de bajas para mayor dramatismo. El único rasgo distintivo de estos pobres diablos es su dualidad. Tom Stoppard recogió estas y otras ideas para adaptar Hamlet a su manera y escribió Rosencrantz y Guildenstern han muerto, una obra genial más allá del drama o la comedia, que nos presenta una historia de sobra conocida desde una perspectiva insólita y novedosa: Estos dos ciudadanos anónimos pasan a ser los protagonistas. Brillantemente encarnados en la adaptación al cine por Tim Roth y Gary Oldman, Stoppard nos habla a través de ellos sobre el amor al teatro, la dualidad del pensamiento, la dialéctica y la futilidad y arbitrariedad de la vida y la muerte. Con Richard Dreyfuss como catalizador en el papel de viejo feriante y director de la compañía de cómicos, es posiblemente mi película favorita, y sólo la he visto una vez. Cuando tuve que elegir un nombre para el blog me acordé de estos desgraciados, resignados a su destino, y decidí darles una oportunidad. ¿De verdad han muerto? El maestro Peret me dio la respuesta: Que no estaban muertos, que no, que estaban tomando cañas.
Por otra parte la dualidad de los personajes secundarios es la base del humor en este país, y lo de vaderetrocordero también sale de ahí, de un número de Faemino y Cansado en “El Orgullo del Tercer Mundo”:
- Oiga, doctor, entonces ¿puedo comer cordero?
- ¡No señor, el cordero no se come!
- ¡Uy, no pordios, que asco! ¡Vade retro, cordero!
Así que ya está explicado. A partir de ahora “Rosencrantz y Guildenstern están de parranda: el blog” tendrá otra ubicación, un espacio mucho más acorde con la filosofía de lo antes expuesto. Un sitio donde el Chagüen y un servidor nos resistiremos a ser simples figurantes de la gran tragedia global. En cuanto esté listo os emplazaremos allí.
5 commentaires:
4 de abril de 2007, 13:17
Bueno taruguin, espero verte antes de que te lagues a gabachilandia con Marion, no seas desgraciao, habrá que tomarse algo... ya sabes donde estoy...
6 de abril de 2007, 9:49
Gracias por las explicaciones acerca del nombre de esto. Pues nada, buen viaje, que tengas felices realidades por allá y nos seguiremos leyendo por nuestros antros de lengua cervantina.
7 de abril de 2007, 5:47
Hola, soy Bob. Siempre te he visto comentar en el blog de Jack y nunca me atreví a visitarte hasta hoy, saludos compañero.
8 de abril de 2007, 21:59
Hola! Soy Actor Secundario Bob, crítico de blogs y me pasaba por aquí porque eras asiduo comentarista de Jack y veo que te gustan las críticas, te invito a que leas las mías. Gracias.
16 de abril de 2007, 11:37
¡Hombre, así que te piras! Me han desbloqueado por fin blogger en China, así que vuelvo a leerte. Pues nada, habrá que ir a verte a La France. Cuidado con Zidane que da cabezazos. Te dejo para seguir leyéndote. ¡Abrazos amigo!
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