10/4/08

hipótesis

Acompañar a Eirini bajo la lluvia a la estación a las tres de la mañana para que cogiera un tren rumbo a Lisboa ha sido, como ella misma dice con su encantador acento griego, un místico paseo. Y es que lo revelador de este momento no ha sido descubrir cuánto la voy a echar de menos, sino darme cuenta de lo importante que es tener a alguien a quien acompañar bajo la lluvia a la estación a las tres de la mañana para que coja un tren rumbo a Lisboa...

6 commentaires:

Por lo visto los españoles hablamos griego y no lo sabemos...

Es lo mejor que has escrito en este blog en los últimos tiempos.
(Claro que es sólo mi opinión)
Delicioso!

Gracias Esther! Parece que centrarme un poco me ha hecho verlo todo con una perspectiva diferente. Joder, se ha dado cuenta hasta mi jefe de la Cárcava ("estás más centrado", me decía ayer!).

Miguel Chinótopo! Bienvenido! Gracias a Dios (en este caso el ministro de censura chino) que podemos volver a comentarnos! Yo en el tuyo no sé hacerlo, pero que conste que me quedo con las ganas. Tu última entrada está muy en consonancia con esta otra

D' accord con Esther. Lo mejor hubiese sido amanecer juntos en Lisboa, que es fascinante, pero el trayecto hacia el andén es igualmente hermoso. En esas ando, amigo, sujetando la mano de alguien bajo la lluvia rumbo à l' Afrique. Necesitaba un descanso virtual, pasé a decirtelo. Te seguiré leyendo, of course. De hecho, nunca dejo de hacerlo.

Besos y abrazos de la del Víbora encontrado en un bus.

Sinceramente gracias Claudia. He de decir que contigo me siento... leído. Es más de lo que puedo decir de mucha gente.

Te vamos a echar de menos, porque escribes de puta madre.

Está claro que la comparación entre viaje y vida es evidente...
Las estaciones están llenas de despedidas, de bienvenidas, de HISTORIAS que se cruzan...

¡todos tenemos unas cuantas encima!

..la poesía que acompaña todos esos momentos es incalculable, porque es emoción en estado puro.En el fondo uno nunca sabe si volverá a encontrar a esa persona una vez mas...

(Pocas veces somos conscientes de ello)

lo que si que está claro es que inevitablemente ya no será ese mismo momento, ni esa misma emoción..ni en definitiva esa misma persona

será otra,
cuyo valor es incalculable e inevitablemente distinto...(sujeto a los acontecimientos que se nos escapan en el preciso instante en que nos vamos y que nos están esculpiendo milimétricamente)

Eso tiene el viaje que lo equipara a la vida, una naturaleza que está sujeta irremediablemente al CAMBIO.A la sorpresa, a la melancolía de no poderse retener...

Luego está la inevitable llegada al DESTINO...
donde no sabemos si habrá alguien que nos aguarde.