12/10/08

del honor y la barra

En un mundo en el que ya no caben los duelos a muerte por nimiedades como la virginidad de una hija o un comentario desafortunado que pone en duda la respetabilidad de un allegado, y lejos de sociedades, como la japonesa, que fueron aún más estrictas y contemplaban la posibilidad del suicidio ritual ante situaciones deshonrosas, los españoles, que no hemos desarrollado una gran tradición al respecto, tenemos ahora un particular sentido del honor que se pone en práctica a través de una muy incómoda costumbre de litigar con los compañeros de mesa o barra en bares y restaurantes por pagar la cuenta. Incómoda para los que nos parece una teatralidad absurda y vergonzosa, e incómoda para el que cobra, que se ve obligado a tomar partido sin elementos de juicio. Como camarero yo solía aplicar sin pestañear el principio de Carta En La Mesa, Presa que rige cualquier juego de naipes y, en su defecto, la aplicación de la política de discriminación positiva, aceptando el billete de la señorita en detrimento de aquel del caballero. Ese “pago yo”, seguido de un airado “no, pago yo” o incluso un afectado “¡Paco, por favor!” son en realidad, creo, la expresión inconsciente de dos realidades, a saber:

a) la de una sociedad a la que solo dos generaciones separan del hambre y que aún no ha superado el estadio de ostentación de posición social a través de la demostración monetaria. Cierto es que la cosa está cambiando y ahora también se hace alarde de vida alternativa (este blog no está exento de pecado, otros hacen de él directamente su leitmotiv) o incluso de frikismo (“este vinilo es original del setenta y cinco, tío” o “a mi La Hora Chanante dejó de gustarme hace tiempo”).

b) la herencia de una educación católica en los valores del cristianismo luchando por adaptarse al pensamiento capitalista: “Yo me sacrifico por tí sin esperar nada a cambio”, dice ese gesto, “o, en su defecto, sacrifico una cantidad simbólica de mi dinero”, con lo que se acaba llegando a la consiguiente e inevitable corrupción del sistema: “Yo soy mi capital”. En efecto, lo han adivinado. Los anarquistas tenían razón.

Algunos pensadores españoles contemporáneos que siempre están enfadados (dícese Perez-Reverte) proponen una regresión a códigos superados, con los que dirimiríamos nuestras diferencias y defenderíamos nuestro honor a navajazos en plena calle. Parte de razón no les falta. Nos lo pensaríamos dos veces antes de ofender al otro. Como Robert E. Howard puso en boca de uno de sus más famosos personajes, “el hombre civilizado tiende a ser más grosero que el salvaje porque sabe que puede permitírselo sin que le partan la cabeza”.

Sin embargo la solución puede estar mucho más cerca. Mientras que en la Francia del s.XVIII el vizconde de Valmont respondía con su vida por su conducta impúdica, en la actualidad un grupo de gabachos no tiene ningún reparo ni vergüenza en pagar por separado sus consumiciones. Y a pesar de ralentizar el abono del importe de las copas, esa es una actitud que, en sí misma y por su capacidad cívica, les honra.

10 commentaires:

La sociedad debria aprender de mi difunta abuela.

Cuando te daba la paga si le decias el protocolario No abuela, en serio no hace falta ella te decia pues vale y no te lo daba.

Por cierto, muy bien escrito el post.

Que verdad, eso de pasar vergüenza, ¿Y lo ridículo del momento?. Hacer como franceses y alemanes, cada cual paga su consumición. Quiero ser libre en mi elección,y no implicar a nadie, por eso no quiero que nadie pague mi copa, ni quiero pagar la de nadie. Cuando hay bote de por medio, algunos abusan. Apechuguemos con nuestros vicios. Si es un AMIGO no se mira, pero de eso va quedando cada vez menos, por desgracia.

Amigo Portrait, yo es que soy de los de tu abuela: me ofrezco a pagar, pero si me dicen "no, pago yo" no insisto, por vergüenza del cruce de insistencias que se puede dar. Y si el otro esperaba mi contrarespuesta se queda con cara de "vaya un jeta"... Así que muchas veces opto por ir disimuladamente a pagar antes de irnos con la excusa de ir al baño, lo que en realidad es juego sucio, así que ¿¿qué hacer??

Anónimo, el caso es que como español a veces también se pasa vergüenza echando cuentas de cuanto tiene que poner cada uno, porque como no tenemos la costumbre solemos cometer el error de pedir el importe del total y arreglarnos entre nosotros, cuando lo que hay que hacer es poner a trabajar al camarero y pedirle, cada uno por separado, el importe de lo suyo.

Pero claro, luego están las raciones a pachas cuando no todos han comido...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Te lo juro: eres mi héroe.

Por cierto, ¿puedes explicarme por qué Barcelona es el único lugar del puto mundo donde los hombres NUNCA entran a las chicas que están en la barra o en una mesa, aun estando solas o acompañadas de otras chicas?

claro en francia es mas facil...lo que pasa es que en francia no hay tapas! no tapa, no verguenza! bon ça doit pas être très espagnol tout ça... hecho de menos el echo de poner bote, para mi se associa con el "ir de tapa". Peut être que les français n'ont pas honte de payer séparément mais y a-t-il autant d'occasions de payer pour les autres? les différents niveaux de sociabilité implique des différences de comportement social, l'un va-t-il sans l'autre? je ne suis pas sure, mais pour ça je ne peut pas choisir...
un abrazo muy fuerte desdel otro lado de los pirineos!

aqui se echan cuentas
y tambien hay otra variante:
se divide la cuenta x el numero de comensales
(hayas comido mas o menos,
hayas tomado vino o no).

sencillo no?

Opto por pedir MI cuenta, nada de divisiones. Cada uno que pague lo suyo. Ya INVITARÉ a quien me plazca. Lo que dice la anónima francesa es cierto. Los franceses ¿cúantas ocasiones tienen de pagar por los demás? Allá no se da tanto el salir de barra (y menos de tomar tapas) M. estoy de acuerdo contigo en que los diferentes niveles de sociabilidad implican diferencias de comportamientos sociales. Cuando te apetezca venir de tapas, avisa, por aquí o via Vaderetro, estás INVITADA. Besitos a tí.

oye tron mil gracias por dejarme robarte el sueño y devolverme una visión inédita de soundgarden hoy en el coche de vuelta.
un abrazo
txavi

Ostia tío, se me olvidó decirte que me firmaras el poster de los Cure que tengo en la habitación para las visitas. La próxima vez!