mala puta
Algo que me gusta de Facebook es que el feedback es más inmediato que en el blog. También te permite responder cuestionarios como “qué tipo de puta eres”, en el que resulté ser una puta mala.
Llevo cerca de nueve meses como gestor telefónico de morosos, y los grados de implicación con mi trabajo son bastante variables en función del aspecto abordado. En lo profesional empecé pensando que aquí podría llegar a hacer carrera, al ser una empresa nueva de un sector en alza buscando empleados jóvenes con don de gentes y facilidad para aprender. Pronto ví que, como en todas partes, solo ascienden los afiliados al sindicato de la empresa o los dispuestos a vender barata su salud y su humor. Se me quitaron las ganas de ascender después de tres semanas de jefecillo de mierda cobrando 30€ más que antes y una acidez estomacal que todavía arrastro. En lo moral pasé de pensar que estábamos prestando un servicio al moroso, informando y evitándole males mayores, a comprobar que esto es un nido de carroñeros.
¿Y en lo psicológico? Soy una puta. De las malas. ¿A qué me refiero exactamente? Buena parte de los oficios determinan tu condición y tu vida (soy médico, soy abogado, soy profesor, soy periodista). Ser puta también, pero (me imagino) que para poder convivir contigo misma debes ser capaz de ignorarlo una vez terminado el trabajo. Yo no soy gestor de impagados, estoy de gestor de impagados. Cuando acaba la jornada laboral es como si el que trabaja fuera otro: No recuerdo nada de lo que he hecho esa mañana ni me preocupa lo que tengo que hacer al día siguiente. Y puedo soportar que me llamen de todo o amenazar a un hombre desesperado con llevarle a juicio sin inmutarme y sin que me afecte. He logrado desvincularme de un trabajo sucio y vergonzoso hasta hacerlo mecánicamente y después de una ducha de conciencia ser otra persona, lista para salir a tomar unas cañas a una terraza, sin ser ni médico, ni abogado, ni profesor, ni gestor, ni puta. Simplemente una persona satisfecha.
Bueno, quizá intentando ser periodista.
7 commentaires:
10 de julio de 2009, 8:29
Algún día os contaré un montón de cosas de las que me he enterado en este trabajo (siempre sin contravenir la ley de protección de datos, eso sí.)
10 de julio de 2009, 9:45
Uff esto suena un poco feo (aunque probablemente necesario):
"Y puedo soportar que me llamen de todo o amenazar a un hombre desesperado con llevarle a juicio sin inmutarme y sin que me afecte. He logrado desvincularme de un trabajo sucio y vergonzoso hasta hacerlo mecánicamente y después de una ducha de conciencia ser otra persona"
Siempre lo digo que es usted un hombre con agallas.
10 de julio de 2009, 10:36
Sr. Cordero, su prosa reluce cuando se enfada.
10 de julio de 2009, 15:10
Pues en mi burdel no me renuevan.
Qué PUTAda...
Claudia
12 de julio de 2009, 2:19
q el trabajo ese iba de eso...
ya se veia venir, no?
obviamente, ud.
hace muchas cosas, y es muchas personas
bajo una ficcion unificante de "yo"
q bueno q se vaya dando cuenta.
13 de julio de 2009, 6:54
Muchas veces los valientes no eligen serlo, Sr. Portrait, simplemente no les queda más remedio...
Ánimo Clau, afortunadamente para la búsqueda de trabajo ya hemos metido la cabeza en un sector en alza. Y gracias por el piropo, Iza.
Y veo que did sabe de lo que habla. Hacedla caso, esta mujer es MUY sabia.
21 de julio de 2009, 9:17
Uhmmm me suena de algo su trabajo señor, yo estoy un poco antes en esa cadena de putas, ya que participo en un proyecto que es encargado de desarrollar el programa informatico después utilizan nuestros gestores para contactar con los morosos.
He pasado y sigo pasando por estados en donde me doy vergüenza (incluso asco a veces) a mi mismo, pero de la misma manera que usted, al final uno aprende a olvidarse de lo que hace dentro de la oficina cuando sale de ella, aunque no me sienta nada orgullosos por ello...
Suerte y magnífico post!!
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