1/4/08

L. ha muerto

No fuí capaz de llorar en el entierro de mi abuelo. Dudo mucho que lo haga en el de los que me quedan con vida. Pero cuando he recibido la noticia esta noche he tenido que salirme de la barra de La Cárcava para mantener la compostura.

P.L. era el mejor amigo de una familia a la que querré siempre, y el padrino de la que era mi chica. Ya no podrá llevarla al altar en una boda que, finalmente, nunca tendrá lugar. Esta noche me voy a hinchar a llorar no sólo su pérdida, sino todo aquello por lo que me apetece hacerlo últimamente. Y mañana volveré a la carga, con más fuerza si cabe, a buscar La Vida. Porque hoy es él, pero mañana puedo ser yo. Así que, por si aún no estuviera haciéndolo, voy a aprovechar cada minuto como si fuera el último.

4 commentaires:

Lo siento.
Pero que nunca te falte el ánimo. Muac!

Lo siento por lo que representaba para tí esta persona. Espero que llores por mí. Recuerda que te pari. ¡Vaya hijo!

Cuando murio hace un año mi prima... tampoco lloré.
No brotaron lagrimas de mi. Me quedé alertagada, muda en mis expresiones y en mi capacidad de comunicar...
Ella tenia treintaitantos... y murio de repente en su casa, desayunando, se fue en brazos de sus padres... 9 segundos bastaron para irse, la mejor manera de morir, pero con 50 años de adelanto. La maquina dejo de funcionar... Ahora si sigo lloraria.
Pero las lagrimas no deben ser signo de debilidad.

Tal vez de destilación...
No lo sé...
Alguna reflexion hice sobre mis lagrimas, y sobre ese acontecimiento en mi blog, pero como muchas reflexiones... las respuestas, si las hay... deben tener multitud de matices.

Siento la noticia.
Siento haberme extendido.
Saludos.

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