la habitación interior
Tengo una habitación en mi interior. Una celda casi, con una ventana diminuta que da a un sombrio patio de luces. Es un cuartucho barato con una cama vieja de noventa, un escritorio minúsculo y un armario desvencijado que mis caseros estuvieron a punto de tirar, hasta que decidieron amueblar este piso y alquilarlo. En este cuarto guardo la ropa imprescindible (me deshice de toda la que no me ponía en la última mudanza), un par de tomos de Chris Ware y Daniel Clowes que aún no he leído (el resto de mi biblioteca está en casa de mis padres, no podía seguir cargando con ella), un ordenador que me acabo de tener que comprar, la guitarra y los discos de vinilo, que escucharé cuando compre un tocadiscos. Nada más. No guardo fotos, ni muebles, ni objetos con valor sentimental, ni cajas con cosas de mis ex, ni un tercer juego de sábanas y de toallas, ni productos de afeitado que nunca uso, ni apuntes de cursos pasados, ni otro tipo de trastos inútiles que dificulten los traslados.
Hace poco he estado a punto de mudarme a esa habitación que ahora sólo existe en mi interior. Afortunadamente La Niña Fatal y yo resolvimos nuestras diferencias con sinceridad y decidimos darle un nuevo plazo a nuestra vida en común, en la que sí tenemos algunas cosas que perder.
Pero sigo guardando esa habitación dentro de mí. Por si algún día me hiciera falta.
5 commentaires:
17 de mayo de 2011, 20:08
Y va la tía además y me arregla el código fuente del texto de esta entrada. Tócate los cojones.
18 de mayo de 2011, 9:38
Y eso sin tener ni idea de código...
20 de mayo de 2011, 15:48
honest and inspiring. bravo!
2 de junio de 2011, 16:33
Os queremos mucho a los dos, así que cuidaros!!
27 de junio de 2011, 1:52
no haga cosas locas sr. vaderetro, si esta en camino de conocer a sus propios hijos en un futuro proximo!
Publicar un comentario