8/7/08

ostras o mortadela (VI). la compra



Hoy he hecho la compra en el LIDL. Acordaos del anuncio (¡el carro lleno por menos de 50€!). Y he tenido un extraño dejà vu. Ha sido como volver al LIDL de la rue Gambetta y, por extensión, a Lille. Pero no al de los grandes momentos de los conciertos gratuitos en la Place de la Republique o esa fiesta de renovación y purificación que suponía la Braderie, sino al Lille cotidiano, aquel en el que todavia no tenía trabajo ni proyectos a corto plazo. Aquel en el que la principal actividad de la jornada era hacer la compra. Meses más tarde, leyendo Persépolis, entendí a Marjane Satrapi cuando narraba cómo en Austria iba cuatro veces al día al supermercado porque no tenía otra cosa que hacer. Lo siguiente que le daba por hacer era ponerse a leer, lo que enlaza perfectamente con esta estupenda reflexión de Txe Peligro.

Afortunadamente ya no es mi caso, y me cuesta encontrar un momento del día para leer o llenar la nevera (y me imagino que mi compañera de piso pensará mientras lee esto “¡y limpiar el baño!”). Pero he recordado esas compras de hombre casado con el Peugeot 205 cuando vivía con Susana y me he sentido agradecido con mi vida actual.

Nunca pensé que no tener gran cosa que comer pudiera ser un síntoma de una existencia plena. No sé a quién debo darle las gracias. Pero gracias de todos modos.

4 commentaires:

Me vais a disculpar mi escasa vida internetil, pero Irini se va el viernes. Para siempre. Y voy a dedicarle todo mi tiempo hasta entonces.

Gran reflexión.

Como haces para poner tantos links a tu propio blog en un solo post? :)

Querido amigo, el potorrismo alemán esta en auge...

vaderetrocorderopolis! Yeah. Es usted un visceral realista, como los de Bolaño. Me encanta, filosofía de supermercado. Lidl es el Aldi en Bélgica. Yo iba mucho, ahora lo han vendido y han puesto un Massimo Duti.

En Lidl los quesos, los yogures, todo, es demasiado grande para una soltera. A mí se me podrían las cosas y me he pasado a Carrefour, hablando de gabachos...