Cuando me hablaron de ello no me lo podía creer. Es el resumen conceptual perfecto de lo que quería transmitiros con Ostras o mortadela (I) y (II):
30/10/07
23/10/07
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Gente de verdad |
Hay gente que no sabía de la existencia del Cafetín hasta que se encontraron con su terraza, frente a la catedral, el verano pasado. Ahora que el invierno asoma las orejas y ha barrido las mesas de un soplido, esa gente empieza a refugiarse en lo que para ellos es un bar recién abierto, aunque el año que viene cumpla treinta. Es lo que yo llamo el Efecto Terraza: llamados por el recuerdo del verano siguen viniendo, sin ser éste su hábitat natural.
Esta gente de la que hablo son parejas de cuarenta años con niños. Peinados a raya, camisa por dentro y zapatos castellanos ellos. Blusa, falda hasta la rodilla y perfume dulzón ellas. Sus niños van vestidos de adulto a escala. Piden una caña para él, una Coca-Cola para ella y un mosto para el niño. Son los que te imaginas cuando en los medios se habla de la familia española. Los votantes de los partidos. Los que contratan hipotecas al 15% T.A.E. Los que van a pagar más cara la leche y la luz a partir de enero. Aquellos cuyos hijos recibirán la asignatura de Educación para la Ciudadanía. La gente normal.
Y luego están los otros. Los de siempre. Los cinéfilos. Los músicos trasnochados y los camareros de otros bares. Los locos (tenemos un amplio abanico de patologías). Las reuniones de escritores. El poeta cascado que lleva años escribiendo libros que no puede terminar. El tío que lee biografías de Carlos V delante de un té y una pipa durante cinco horas todos los días. El señor con el que ayer discutí sobre cronocentrismo, economía y culturas nativas norteamericanas. Luisa, que viene todas las noches desde 1978 y nos cuenta a los nuevos camareros como era esto (el bar y la vida en general) durante la transición. La pareja de cuarenta años que viene los domingos a las cinco de la tarde con una niña encantadora vestida de colores vivos. La gente a la que conoces o podrías llegar a conocer. La gente de verdad.
16/10/07
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Esto es América |
El segundo periodista y presentador más famoso de la ex república soviética recorre en esta cinta la Norteamérica profunda, compartiendo su moral retrógrada, machista y antisemita con un elenco de ciudadanos anónimos que aplauden sus comentarios contra los homosexuales pero se escandalizan cuando lleva a una puta a una cena de gala. El film es una suerte de mezcla de géneros tan dispares como la comedia de humor grueso con el cine de terror. El grado de vergüenza ajena que alcanza en ciertos momentos resulta insoportable. Es inevitable llevarse las manos a la cara varias veces durante su visionado, como en las mejores películas de horror. Sin embargo resulta evidente para todo aquel que quiera hacer una segunda lectura la verdadera filosofía de la cinta: la sátira. Cohen la lleva a años luz de lo que tenemos por costumbre en un medio cada vez más proteccionista y temeroso de herir sensibilidades, en un tour de force no solo admirable sino necesario. Un cóctel perfecto, humor obsceno para adolescentes groseros con un fondo mucho más cínico para el que se atreva a sumergirse en este pozo negro de mal gusto. ¡Feliz inmersión!