una jornada memorable
A las 16h tengo un examen para el que apenas he estudiado. Afortunadamente estoy de vacaciones, así que tengo toda la mañana por delante. Pero me llama La Niña Fatal desde el trabajo. Está muy alterada, ha discutido (de nuevo) con su jefe.
-Ven a rescatarme.
Me pongo lo primero que pillo. Concretamente una camiseta que me regalaron en unas fiestas de un pueblo donde toqué. “Peña La Resaca”, en un azul superhéroe con una R dentro del logo de Superman en el pecho. Busco la dirección de la empresa donde trabaja La Niña Fatal: Calle Kripton. Esto no pinta nada bien.
Me llevo los apuntes para estudiar en el taxi de ida (¡deprisa, deprisa!) y el bus de vuelta. Todo apunta a que me presentaré con todo a junio. Y, cuando estoy llegando, en la radio empieza a sonar ‘Shiralee’ de Arizona Baby. Sobre lo que ocurre cuando escuchas a tus amigos en la radio escribiré en otro momento.
Pregunto a la secretaria por La Niña Fatal. Niña, hay un hombre aquí que pregunta por tí. Mientras ella baja las escaleras me viene a la cabeza la escena final de ‘Oficial y Caballero’.
Tras un somero pero indiscreto beso salimos de allí. A tomar un café y un cigarrillo ella, a desayunar yo. Sí, no te lo vas a creer, tengo hambre. Parece que está mejor, pero ahora se siente culpable por no dejarme estudiar. No te preocupes, he toreado en plazas peores. Entre el camarero, que ya la conoce, y ella no me dejan pagar. La acompaño de vuelta y espero media hora al próximo autobús.
Después del examen he quedado en el Café Teatro para ir a ver (y saludar) a los Sidecars, que vienen en acústico. Durante el concierto hablo con Yisas, que está de taquillera, sobre un proyecto para la tele. Saludo a Jose, detrás de la barra, y charlo con Hueso, que hace las veces de Hilly Kristal local. Cuando el público de quinceañeras se esfuma nos llevamos a la banda de cañas al Borsalino. Acabamos de nuevo en el Café, esta vez solo la parroquia, a puerta cerrada, tocando temas de Calamaro y Vetusta Morla. Tengo la impresión de que a Juancho no le hace demasiada gracia que le pidan canciones de su hermano. El pedo es ya considerable.
Aprobé el examen, por supuesto.
8 commentaires:
7 de febrero de 2009, 15:56
Y así un día, y otro, y otro...
Gracias Señor!
7 de febrero de 2009, 17:52
Traete a la pequeña fatalidad, of course. Que así la conozco. O a quien quieras tú.
Enhorabuena si lo de aprobar no era sarcasmo.
8 de febrero de 2009, 20:45
Al menos salió algo bueno de una jornada que para mí fue para olvidar: un post para tu blog y el saber que tengo un "oficial y caballero" que venga a rescatarme, muchas gracias otra vez (menos mal que aprobaste el examen)
Y gracias Claudia por la invitación!
8 de febrero de 2009, 20:46
Me gusta lo de pequeña fatalidad...
10 de febrero de 2009, 0:11
Así sois los superhéroes majo, podéis sorber y soplar a un tiempo. Las pobres mortales, sin embargo, nos perdemos en los polígonos y nadie viene a rescatarnos; suspendemos los exámenes, nos nos codeamos con las bandas molonas y encima al día siguiente tenemos tremenda resaca...
10 de febrero de 2009, 23:21
Petite fatalité: haz algo para que la noche del 14 se convierta también en memorable. (he comprado máscaras y juego de cartas erótico!!!)
Suerte. Venid.
Claudia
11 de febrero de 2009, 10:28
Joder, solo falta que la contraseña para entrar a la fiesta sea "Fidelio", y ya me muero de miedo! (y de ganas de ir!)
14 de febrero de 2009, 6:36
q lindo dia !
q bien x usted !
:)
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